24 ene 2014

¿Cómo hacer enojar a un espíritu?

Dos hermanos muy unidos: uno de 15 y el otro de 12 años. A ellos le encantaba jugar juegos paranormales como la Ouija, el Cigarrillo, etcétera..., pero nunca pasaba nada.
Al hermano mayor le empezaron a gustar ahora más las mujeres (como todo adolescente normal) y no le prestaba atención a juegos paranormales. El hermano menor buscaba juegos paranormales con su hermano, pero maldito fue el día que lo quiso hacer solo. 


Su hermano estaba en una fiesta, y él se dignó a buscar en Internet y colocó un título en el buscador de Google, exactamente igual y sin ninguna falta de ortografía:

Buscó y buscó y no encontró nada. En un momento de intensa búsqueda, encontró una página muy vieja, oscura, casi sin diseño, y con un solo escrito, una sola entrada. Allí había un juego (reto), que decía esto:


"Primero tienes que poner un espejo grande frente a tu cama, o en un lugar en el que puedas dormir.  Tienes que hacerte el dormido y hacerle creer al espejo que tú en verdad estás durmiendo. Cuando sientas que has engañado a tu espejo, levanta tu mano derecha y haz el número cuatro con los dedos. Si todo salió bien, el espejo ha sido engañado y  estará mostrando el número tres en el espejo. pero CUIDADO decía al final de ese reto. Pues, nunca podrás darle la espalda a tu reflejo en el espejo".
Cuando el hermano mayor regresó de la fiesta encontró a sus padres muy enojados. Él  se enteró de que su hermano estaba desaparecido. El hermano menor no tenía permiso para salir, él nunca se iba a ningún lado que otros no sepan, simplemente se había ido de la casa. Eran las tres de la mañana y los padres estaban muy asustados, pensaban en el secuestro, pero el chico de 15 años sabía que algo malo había pasado, y tenía una teoría de lo que le pudo haber pasado. Así que el adolescente se sentó en la computadora y miró el historial. Encontró la página que su hermano había visitado: "Como hacer enojar a un espíritu". Buscó por todos lados y se dio cuenta de que el espejo estaba desaparecido. Fue a buscar en el único lugar que no se había encargado de buscar...EL BAÑO.  Al entrar, se asustó mucho: estaba el espejo tirado en la tina con tres marcas de roturas. Y con la sangre de su hermano menor, había un mensaje que decía:


          Ni se te ocurra hacerlo tú también.
Encuentros Misteriosos.

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